Como no perder el ritmo cuando trabajas desde tu casa
A medida que aprendes a trabajar desde casa, logras establecer un ritmo. Un cuerpo y tu mente, entran en una sensación de actividad constante, un espíritu de querer estar enfocado en tus tareas te llena de emoción y entras en una dinámica de actitud responsable con tus metas.
Sin embargo, es muy normal que ese ritmo de trabajo se vea perturbado por distintas razones. Sí, es que trabajar desde casa ofrece una comodidad muy tentadora. A un par de metros está la sala de televisión, en la nevera hay un delicioso postre de tres leches y tu cama siempre va a estar disponible.
Entonces, nada más oportuno que tener en cuenta los siguientes tips para preservar esa fuerza de trabajo que vas conquistando a base de paciencia y fe:
Crea un área de trabajo
Este tip incluso lo suelen dar muchísimo en las instituciones educativas. Si quieres estar centrado, si quieres estar enfocado, necesitas un escenario exclusivo para eso. Ese escenario es tan respetable a lo que supone un ring de combate o el espacio de entretenimiento que tienes en casa.
De modo que cuando llegas a ese lugar, ya tu mente y cuerpo entienden que tienen una labor por realizar. Si te estableces en el sofá de tu sala de televisión… ¿Qué crees tú que puede suceder? Ahora bien, ese escritorio de trabajo también necesita mantenimiento ocasionalmente.
Eso quiere decir, no olvides mantenerlo en orden siempre.
Vístete cómodo pero que te apoye a sentirte que has comenzado
También es importante que rindas homenaje a tu trabajo con tu propio “uniforme”. Gabriel García Márquez, tenía la costumbre de que antes de sentarse a escribir sus novelas en su estudio, se vestía con overoles y camisas decentes. Además, inicia siempre sus días con un buen baño.
Esa misma actitud debes tener con tu ropa. Estás en casa, pero estas asumiendo un trabajo. No es necesario que te vistas tan elegantemente como lo haría una persona que asiste a una oficina, pero eso no quiere decir que tienes que vestir de manera descuidada.
O bien, que llegues a tu escenario de trabajo en pijama. Asistir así a tu trabajo, te garantiza una enorme desidia.
Evita las distracciones (apagar notificaciones en el celular)
Hay que silenciarse. Trabajar, enfocarse, realizar una tarea específica se resuelve con mayor facilidad si tu mente está concentrada 100% en algo. De modo que por lo mismo, establece algunas medidas para eliminar distracciones. Desactiva las notificaciones en el celular, por ejemplo.
Esto es muy esencial sobre todo cuando te estás iniciando en un estilo de vida así. Ya después, podrás mantener las notificaciones, pero recibirlas como un asunto de segundo plano. Lo mismo ocurre con la música. Si eres un melómano muy apasionado, la música te ayudará a enfocarte en muchos casos.
Pero de momento, mientras adquieres la disciplina, lo mejor es silenciar los canales que más te distraigan.
Autodisciplina
Todos los tips anteriores te van formando. Tu mente aprende a reconocer la importancia que tiene tu trabajo. Adquieres un ritmo de vida en el que te sientes realizado. Y sí, como muchos que trabajan desde casa, vas a sentir que una taza de café en la cocina será un buen estimulante para seguir activo.
Aprenderás a disfrutar de los pequeños detalles de tu día a día. Pero tienes que saber muy bien cuando empezar y cuando detenerte. Esta parte del proceso, la de tener una autodisciplina, es muy similar a cuando vas al gimnasio. Sabes qué retos puedes tolerar y qué debes cumplir a diario para realizarte.
Respeta esa autodisciplina, identifica tus alcances, acepta tus limitaciones y disfruta del reto que te proporciona cada día.
Aprovecha la tecnología
Y por supuesto, una manera de mantener un ritmo de trabajo a diario, es aprovechando las tecnologías que tienes a tu alcance. Hoy en día, vivimos en una era donde lo digital flexibiliza mucho nuestras vidas. Por ejemplo, abundan las apps que pueden echarte una mano para ser fiel a un horario.
Sincroniza las aplicaciones de tu smartphone directamente con tu PC. Adquiere un servicio de Internet más rápido. Pide a tu servicio de telecomunicaciones que te asigne una línea de teléfono, utiliza un programa de planificación laboral como Trello.
En fin, las opciones son numerosas. Identifica qué herramientas pueden aligerar tu carga de trabajo y no dudes en aprender a usarlas. Te ahorrarán mucho tiempo y potenciarán tu ritmo de trabajo diario.
A TI
Recuerda, tu tiempo no tiene precio. Es un bien candente que no se puede comprar ni reemplazar, y merece tu respeto.
Cuando tienes controlado tu tiempo no importa como lo trabajes es saber que tiene prioridad y que puedes delegar.
Aquí está la pregunta del día. ¿Cómo manejas tú tiempo?